Yo
también soy Charlie porque me considero esencialmente un periodista, un
comunicador, como los dibujantes que perdieron la vida ayer en París por culpa
de la rabia y la barbarie que pueden ocasionar la tinta, la imaginación y la libertad de la
prensa. Soy Charlie porque Francia es mi hogar desde hace más de cinco años,
porque si bien Venezuela me dio raíces para caminar, esta gran nación me ha
dado un futuro, aspiraciones, una vida. Soy Charlie
porque siento dolor e impotencia, porque las tardes de invierno se han teñido
de sangre, por el miedo, la tristeza, por vivir en un mundo en el que nos empeñamos
en etiquetar a unos de malos y a otros de buenos, cuando en el fondo todos
estamos hechos de barro, y queremos, torpemente, tocar el cielo con un
dedo. Soy Charlie porque los dibujos no se deben acabar nunca, porque los periódicos
y los semanarios deben ser para siempre, porque París será siempre París,
porque moros y cristianos conforman un plato sabroso para comer y reír, y decir
que vale la pena vivir. Soy Charlie, como ellos, y como ellos también. Como tú,
como todos.
*
La ilustración,
uno de los tantos homenajes realizados en el mundo tras el atentado al
semanario Charlie Hebdo, es del
caricaturista británico Gary Barker, inspirada en el célebre cuadro La libertad guiando al pueblo (1830), del
artista francés Eugène Delacroix.
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