Estar
confinado debe ser como estar en una balsa en medio del océano. No hay nadie a
tu alrededor, sólo los tuyos cuando tienes la suerte de tenerlos contigo. El
resto es una inmensa soledad, un estruendoso silencio, un vacío sin fin.
Las pocas
personas que ves en la calle son espectros que avanzan, como yo, tanteando en
la oscuridad. He cometido el error de salir unas tres veces esta semana. Tengo
el complejo de la hormiga provisora; no he cedido al pánico, sólo quiero sentir
que nada nos va a faltar. Que haya suficiente comida.
Ya no se
consigue la harina de trigo en ningún supermercado. La escasez de pastas se ha
convertido en un chiste popular y triste en las redes sociales. El miedo ha
provocado una estampida de compras nerviosas que, según una señora decía esta
tarde a la espera de que abrieran una tienda de alimentos congelados, sólo ha puesto al descubierto el egoísmo de los franceses.
No es
egoísmo, señora, es miedo. El miedo nos puede conducir a las más temerarias
locuras. Pero todo es comprensible cuando capeas la tempestad en el océano de
una cuarentena mundial.
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La foto fue
publicada en el sitio Actu.fr el 3 de marzo de 2020.
Loco yo fui ayer pal súper y había casi de todo.. es cuestión de esperar unos días a qué abastescan.. es normal que la gente se lance por mliedo pero habrá abastecimiento al menos x 2 o 3 meses
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