domingo, 10 de septiembre de 2023

Canción de verano 18/30

 


Sir Roger

La historia del irlandés Roger Casement (1864-1916) es recreada en un volumen firmado por Vargas Llosa y cuyas páginas, probablemente, pudieron haber sido reducidas a la mitad. El sueño del celta (2010) corresponde, con toda seguridad, a la idea que Borges se hacía de la novela como objeto de una de sus peores fobias. Podríamos decir que la historia, ricamente documentada, pretende convertirse en una apología de las libertades humanas, lucha lenta en la que se vivieron a principios del siglo XX episodios terroríficos en parajes perdidos del África o la Amazonía peruana. Gracias a Roger Casement, ennoblecido en su momento por la Corona británica y luego llevado a la horca por delitos de traición, el mundo parece haberse convertido en un lugar un tanto mejor.

Vargas Llosa parece repasar la historia de los diarios de Casement como una forma de refugio contra la hostilidad de un entorno cruel y opresor, en el que las manos de los indígenas esclavizados eran cortadas al mismo tiempo que la homosexualidad era llevada al extremo de un infierno en la tierra (esto último, a decir verdad, no ha cambiado desde 1916 hasta nuestros días, por muchos Stonewall y Harvey Milk que podamos contar como hitos de una pelea aún en curso).

Casement fantaseaba en sus diarios; se escapaba así de su realidad creando una completamente nueva. Sus delirios se transforman en hazañas similares a las de una Emma Bovary o un don Quijote. Sacado de la vida llamada real, Casement, uno de los precursores de la independencia irlandesa, es también un mito, una criatura de ilusión elaborada por la pasión y el arte de la literatura. 

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Un retrato de Roger Casement publicado en la página del Departamento de Asuntos Extranjeros del Gobierno de Irlanda.

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