lunes, 11 de mayo de 2020

Flores en el ático. Días 43-55


Hoy, lunes 11 de mayo de 2020, comienza el desconfinamiento en Francia. Desde el lunes 16 de marzo hasta esta fecha he contado 57 días, pero parece que la cuenta oficial es, en realidad, de 55 jornadas. Ocho semanas en total de encierro casi absoluto. Cincuenta y cinco días que han cambiado el mundo. Más de 26.000 personas perdieron la vida en Francia; unas 283.000 en total en todos los países afectados por la pandemia. Todos víctimas directas de la peste china.

Nos prometimos una cura de renovación, una promesa de autoayuda —que si ahora escuchamos mejor a los pájaros cantar, que de repente nos interesamos de verdad en los vecinos a los que hace tan sólo unos meses saludábamos con el «bonjour» de rigor—, pero creo que en el fondo seguimos siendo los mismos.

Los mismos, sí, aunque con un poco más de experiencia, y también con unos cuantos kilillos de más. Algo nos dice que, si una pandemia es capaz de paralizarlo todo y de poner contra las cuerdas la estabilidad de nuestro sistema económico y social, hay ciertas cosas que habrá que ir cambiando poco a poco, si nos dejan, claro. Los próximos meses no serán fáciles. El desconfinamiento irá realizándose por etapas. Se supone que las escuelas abren esta semana, pero no todas. La de Daniel permanecerá cerrada por orden de las autoridades municipales que consideran que aún es demasiado pronto para asegurar un regreso a clases en condiciones relativamente «normales».

Mientras, aquí seguimos. Emma y yo salimos a correr unos minutos en nuestro primer día de libertad. El cielo se veía más despejado. Todo parecía más limpio: las hojas más verdes, la brisa más pura. El planeta se ha dado un lifting, un vaciado de aceite, una cura de sueño. Greta Thunberg debe estar bailando de un pie. Hasta que la música del mundo comience de nuevo y alcance su tempo anterior.

Esperemos hacerlo un poco mejor esta vez. 

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Greta Thunberg, el 23 de julio de 2019, fotografiada en París por Lionel Bonaventure.