domingo, 13 de agosto de 2023

Canción de verano (8/30)

 


Periodismo

Hoy terminé de leer Cinco esquinas, novela de Mario Vargas Llosa, publicada en 2016, que hace del periodismo amarillista el eje central de la narración. El relato, ambientado en la sociedad peruana de la era Fujimori, recuerda hasta qué punto las rotativas pueden convertirse en armas de fuego, en una artillería implacable para hundir a los enemigos de quienes sujetan con guante de hierro las riendas del poder. Proseguí la lectura de Vargas Llosa con el filme The French Dispatch (2021; en español, La crónica francesa), del estadounidense Wes Anderson. A propósito de esta exquisita obra de arte, considerada por el mismo realizador como un homenaje al semanario The New Yorker, podría decirse que el periodismo, además de sensacionalista, también puede ser el resultado de una genuina labor intelectual, de un trabajo de investigación, de una manifestación del arte de la escritura, de un retrato (cierto, nunca objetivo) de nuestro mundo, de la sociedad, de la vida misma. Gracias al cine y a la literatura, en un mismo día pude contemplar las dos caras de una misma moneda.

Estas experiencias me han permitido recordar con la gratitud de siempre la suerte que tuve de vivir del periodismo en una época. Fueron unos años relativamente cortos, pero muy intensos, llenos de vivencias que de alguna manera han hecho de mí, en parte, la persona que soy. Aunque el periodismo no podrá nunca zafarse de la lógica económica o comercial que fundamenta su razón de ser, no dudo en que la prensa, mientras más plural y extensa pueda resultar, determinará en mayor medida la salud y el bienestar de cualquier democracia del mundo.

Venezuela, en esto, manifiesta también un ejemplo que no se puede ocultar con un dedo. 

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Un fotograma de la película The French Dispatch (2021), de Wes Anderson, extraída de LeMonde.fr.


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