Sheldonianas, 1
Dos físicos eminentes se emborrachan una noche en el banco de un parque. Han estado pensando en sus carreras puestas al servicio del avance de la ciencia, de eso que ellos suelen llamar la comprensión del universo. Han dedicado la mayor parte de sus días a la búsqueda de conceptos, de teorías escritas, borradas y vueltas a escribir en pizarrones, cuadernos, servilletas, pañuelos desechables. La vida avanza cruelmente; no se detiene, te da oportunidades, pero no todo el tiempo. Si eres un físico brillante, contratado por una universidad estadounidense, es muy posible que un día te des cuenta de que tantos años de trabajo y de estudios laboriosos no conduzcan, después de todo, a ninguna parte.
Dos físicos eminentes se emborrachan todas las noches en el banco de un parque.
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