viernes, 23 de agosto de 2024

Canción de verano 22/30


 

Regreso a las aulas

Dije que me despedía de la agrégation por la puerta trasera. Falso. La agrégation, de la que ya he hablado antes y que ha sido uno de mis fantasmas tutelares a lo largo de los últimos años, será esta vez —y por la última vez, lo juro— mi acompañante privilegiado con su clásica masa de libros, conceptos, ideas sobre la literatura, evoluciones de la lengua española, episodios bélicos de la historia de algún lugar de La Mancha del que forzosamente siempre tendré que acordarme. La lista es larga y continúa.

Para convertirme en un catedrático me he inscrito en una formación organizada por el departamento de español de la Universidad de Nanterre, una de las trece instituciones de educación superior herederas de la mítica Sorbona. Los profesores son más que excelentes y confirman aquello de que ser catedrático es ciertamente una panacea que sólo la pueden obtener los mejores. El ambiente entre los estudiantes que preparan las pruebas es agradable. Los pasillos de la universidad me recuerdan mucho a los de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Zulia. En tres años voy a llegar a los cincuenta y todavía sigo siendo un estudiante.

¿Hasta cuándo? Creo que hasta el día en que deje de respirar. Estudiar y aprender tanto, aunque en mi caso ese tanto se reduzca a lo muy poco, representa una de las mejores cosas que la vida me ha deparado.

Porque estudiar hace de mí alguien menos pobre y un tanto más afortunado. 

***

La Universidad de Nanterre fue fundada cuatro años después del sonado Mayo del 68. La fotografía, de Jacques Marie, fue tomada el 6 de mayo de 1968, cerca de la Sorbona, y fue sacada de la página web de Bernard-Henri Lévy.


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